Podenco portugués

El podenco portugués es una raza autóctona con grandes parecidos a otros tipos de podencos, como el ibérico o el ibicenco. Algunos estudios genéticos han demostrado que esta raza de perro está relacionada con el resto de perros de caza europeos, contra la creencia antigua de que eran perros traídos desde Oriente Medio.

Existen tres tipos de podenco portugués según el tamaño, pudiendo ser pequeños, medianos o grandes, siendo este último es más veloz de todos ellos. El peso se mantiene en proporción a la altura, rondando entre los 8 y los 30 kilos.

Comportamiento del podenco portugués

La característica principal de este animal es que son verdaderamente enérgicos, por lo que será necesario aprender a canalizar toda la energía de estos perros para conseguir que sean tranquilos, alegres y cariñosos.

Además, hay que tener en cuenta que son perros con un marcado instinto por la caza, razón por la cual necesitarás educarlo desde edad bien temprana, para tratar de evitar que este instinto aflore en momentos de juegos o jolgorio ocioso en los que puede descontrolar su energía de manera inocente.

Pese a este binomio de amplia habilidad para la caza y energía desmesurada, los podencos portugueses disfrutan de la vida casera, aunque siempre deberás tener en cuenta que, a lo largo del día, será necesario que el animal disponga de momentos de actividad intensa y al aire libre, ya que su naturaleza lo necesita. De lo contrario, podrías exponerte a que, como en muchas otras razas de podencos, su energía de desate en forma de comportamientos destructivos en el hogar.

Es importante señalar que los podencos portugueses necesitan que realices un trabajo de socialización, ya que son desconfiados por naturaleza con las personas extrañas y también territoriales con otros perros. Este comportamiento puede ser anulado si llevas a cabo actividades para ayudarle a ganar competencias en la socialización con otros animales y personas, haciendo que consigas que tu perro sea más confiado y agradable. No obstante, los podencos portugueses no se caracterizan por mostrar agresividad, por lo que son perros confiables en ese aspecto.

Cuidados del podenco portugués

Como leemos en esta ficha del podenco portugués en Toppercan.es, la manera de mantener sanos a esta raza de perros es llevar unos buenos hábitos, especialmente en lo que se refiere a la alimentación y, sobre todo, al ejercicio diario.

Recomendamos siempre alimentos de calidad divididos en varias tomas al día, como haríamos con cualquier otra raza de podenco. Además, tendrás que tener especial cuidado de no alimentarle inmediatamente antes o después de la actividad física, ya que la sobreexcitación deportiva puede desembocar en afecciones desagradables, como la torsión de estómago. La alimentación que le demos será importante, ya que es decisiva para aportar las proteínas y vegetales necesarias para fortalecer la musculatura y la estructura ósea de nuestro podenco portugués.

El pelaje de estos perros no precisa de excesivos cuidados, ya que es grueso. Aun así, te recomendamos que lo cepilles de 2 a 3 veces por semana. Por supuesto, tendrás que bañarlo al menos una vez cada dos semanas y prestar especial atención a su higiene bucal, en especial si ingiere alimentos distintos del pienso para perros.

Cualidades del podenco portugués

Son muchas las ventajas de tener un podenco, más allá de que sean perros aptos para la caza, para aquellas personas que se dediquen a esta actividad.

Los podencos portugueses tienen una relación óptima con los más pequeños de la casa, suponiendo un perfecto compañero de juegos. Son perros cariñosos y muy activos, razón por la que los menores disfrutan jugando con ellos.

Son perros extremadamente inteligentes, por lo que se les educada con moderada rapidez y siempre están dispuestos a seguir aprendiendo.

Como otras razas de podencos, son inmunes a la enfermedad de la leishmanionis, aunque sí pueden portarla. No se sabe con exactitud la razón de este fenómeno, pero es una enorme ventaja teniendo en cuenta que no llegarán a desarrollar la enfermedad, aunque la porten.

Es importante que sepas que estos perros son extremadamente sensibles, por lo que, a la hora de educarlos, siempre responderán mejor a los refuerzos positivos que a los castigos. Además, son muy fieles, por lo que pueden llegar a caer en depresión si cambian de dueños.



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